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Virus, virus y más virus

 

Por Tomàs Baiget

Después del último revuelo causado por un virus informático, el Michelangelo, cuya incidencia afortunadamente resultó ser muy baja, IWE ha recogido las últimas noticias sobre el tema.

El FBI se moviliza contra los virus informáticos
El gobierno norteamericano ha difundido una nota a través del Federal Bureau of Investigation (FBI) avisando que “la creación de virus informáticos supone un delito criminal grave, que será perseguido y castigado en los EUA”.
En la nota se sugiere que las compañías que usan software de IBM compatible hagan copias de seguridad del mismo, así como de los trabajos y documentos.
Los virus, que en sus primeras versiones fueron juegos inocentes, se han convertido en verdaderas enfermedades virulentas que están causando daños por muchísimos millones de dólares en todo el mundo.

Por qué se crean virus
¿Hay gobiernos detrás de los virus? Quizá se podía haber pensado esto en la época de la “guerra fría”, pero no es probable que esas armas de alcance tan general e indiscriminado tengan hoy un blanco concreto.

Su creación y difusión sólo se explica por la egolatría de jóvenes brillantes pero inconscientes informáticos outsiders sociales que gozan viendo los efectos destructores de sus criaturas. Se trataría de mentes enfermizas, de vándalos tecnológicos. Parece que en algunos casos los creadores de virus han vendido los correspondientes antivirus; al menos ahí habría una explicación lógica.

También se hace difícil pensar que detrás de los virus haya ideas más profundas o ecológicas de ralentización del progreso tecnológico de la sociedad.

En cambio sí parece que se han utilizado ya en la guerra. La revista norteamericana US News and World Report dice que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), situada en Fort Meade (entre Washington y Baltimore), diseñó un virus (el “virus del Golfo”) para inutilizar el ordenador central del dispositivo de defensa iraquí. Una vez iniciado el embargo a Irak, los servicios de inteligencia estadounidenses localizaron una impresora de fabricación francesa que iba a ser introducida en Amman a través del contrabando y cuyo destino era el destacamento militar de Bagdad. Agentes norteamericanos lograron implantar el microchip infectado en la impresora, que burló así los controles de Irak. No se sabe el efecto real que el hecho tuvo en el desarrollo de la guerra, pero bien pudo influir en el mal funcionamiento de los sistemas de radar y misiles iraquíes.

Virus y gusanos
Además de los virus que invaden nuestros micros, existen también los gusanos, que pueden circular por las redes de transmisión de datos y dejar sus huevos en los ordenadores o hosts conectados a las mismas. Los gusanos se desarrollan incesantemente hasta bloquear los ordenadores, aunque, a diferencia de la mayoría de virus, no destruyen los programas. Fue famoso el gusano que un universitario americano inyectó en Internet en noviembre 1988, que la colapsó durante varios días, atacando especialmente las máquinas con sistema operativo Unix.

La cosa va en serio
Las empresas fabricantes de programas protectores han aumentado considerablemente sus ventas. Son ya muchos los usuarios de microordenadores compatibles que han experimentado la desagradable sorpresa de ver destruidas centenares de horas de trabajo intelectual, a veces irrecuperables. Tener un programa detector, actualizado con los nuevos antivirus cada dos o tres meses, es ya una imperiosa necesidad, y al instalar un disquete ajeno uno no debe fiarse ni del amigo mejor informático, pues él mismo puede estar infectado sin saberlo.

Se recomienda no usar copias piratas y comprar programas originales, pero eso tampoco representa una garantía total. En febrero pasado, la conocida empresa inglesa Leading Edge vendió microordenadores nuevos contaminados.

Se conocen ya unos 1.600 virus. Los que actúan en una fecha determinada son relativamente fáciles de evitar, y algunos (Jerusalem que actúa los viernes 13; Michelangelo que se activa el 6 de marzo; 1992 que formatea el disco duro el día 1 de cada mes) figuran ya en los programas antivirus más corrientes. Si no se tiene el detector de virus, hay que tener un calendario a mano y acordarse de cambiar la fecha (C:\date) el día anterior, para evitar que actúe en caso de que nuestro ordenador se haya contaminado. Sin embargo, el pasado mes de marzo había 8 días de posible actuación de virus programados para fechas concretas! El 1992 parece que se creó en Andalucía. Otro virus muy temido, el Antitelefónica destruye toda la información cuando el ordenador se ha encendido 333 veces después de haberse introducido en el mismo; parece que fue creado en Barcelona para una pretendida “campaña contra Telefónica“, ya que éste es el mensaje que deja en la pantalla. Por esta razón en el extranjero es conocido por “campana” (de “campaña”).

Antivirus contaminantes
Algunos creadores de virus nuevos los han difundido dentro de programas antivirus. Así ha ocurrido al amparo del programa Scan, que su propia firma productora McAfee permite copiar legalmente a los particulares (no a las empresas ni a las instituciones públicas), por lo que son de amplia difusión sobre todo por las redes de aficionados de BBSs (bulletin board services). El llamado programa Scan85 no procede de dicha empresa y es una imitación de una versión anterior, contaminada con virus. Hay que asegurarse de si una nueva versión de Scan es falsa o no. En el momento de escribir este artículo –mediados de marzo de 1992– la última versión auténtica es la Scan86.

McAfee Associates. Tel.: +1-408-988 38 32.

Según una reciente noticia de los periódicos “representantes de la industria de los ordenadores dijeron que existen recursos técnicos para prevenir los virus, pero hasta ahora no se han comercializado por falta de demanda”.

Hit parade de los virus
Mientras tanto el servicio de boletín electrónico XGripe de la Security Division de XmbSoft Corp. ha dado a conocer el ranking mundial de virus:

Virus

Incidencias

New Zeland II

25%

Form

13%

Tequila

 9%

Cascade

 6%

Joshi

 5%

Eddle II

 5%

Jerusalem, viernes-13

 4%

Telefónica

 4%

Resto de virus

29%

 


Esta información se publicó en la revista Information World en Español (IWE), n. 3, abril de 1992, pp. 6-7.