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Se rechaza la patente multimedia

  Por Juan Carlos Fernández Molina

Juan Carlos Fernández-Molina es profesor de Documentación de la E. U. de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad de Granada.
Foto: Tomàs Baiget

La historia de la controvertida patente de búsqueda y recuperación de información multimedia de Compton’s New Media parece haber llegado a su fin. La industria de la información multimedia puede ahora respirar tranquila, pues la US Patent and Trademark Office (USPTO) ha rechazado todas y cada una de las reivindicaciones de la patente.

En agosto de 1992 le fue concedida a Compton’s New Media una de las empresas pioneras en la tecnología multimedia, subsidiaria de Tribune Co. y Encyclopaedia Britannica Inc., la patente nº 5.241.671 de la USPTO sobre un “sistema de búsqueda multimedia que utiliza múltiples entradas que indican las interrelaciones de la información contenida en la base de datos”. Esto significaba, en esencia, que se reconocía a Compton’s la invención de los sistemas multimedia.

Compton’s, por su parte, esperó un poco antes de comunicar públicamente la concesión de la patente, concretamente hasta el pasado el mes de noviembre, con motivo de la celebración de la muestra informática Comdex, ocasión que aprovechó también para anunciar su intención de exigir royalties nada menos que sobre cualquier sistema que combine sonido, imagen y texto.

La competencia, indignada
Esto provocó de manera inmediata diversas reacciones en el seno de la industria de la información multimedia. Algunos como Paul Benson, presidente de Knowledge Media, calificaron la patente como una “gran broma”, afirmando además que la USPTO no comprendía la tecnología multimedia.

La reacción mayoritaria fue de verdadero pánico, ya que se consideraba que la patente podía suponer una enorme barrera que dificultaría el desarrollo y evolución de la industria multimedia. El miedo aumentó posteriormente, cuando se anunció su posible extensión a nivel internacional al haberse tramitado la solicitud PCT (Patent Cooperation Treaty) nº 06916/91.

Compton’s, por su parte, declaraba su intención de llegar a acuerdos de licencias con otros productores por valor del 1 por ciento de los ingresos netos. En palabras de su presidente Stan Frank, preferían la vía del acuerdo voluntario en lugar de la adopción de “ningún tipo de método punitivo”.

Ante esta situación, asociaciones como la Interactive Multimedia Association (IMA), que representa a unas 280 organizaciones, declararon inmediatamente su total apoyo a la iniciación de acciones legales para limitar o revocar la patente. Otras, como Optical Publishing Association (OPA), intentaron aclarar la confusa situación en que se encontraban los productores multimedia. A través de varios artículos, su presidente, Richard A. Bowers (en la foto), aclaraba algunas de las múltiples dudas planteadas, poniendo un especial énfasis en la necesidad de ser cautos antes de iniciar acciones legales y de estar prevenidos ante la eventualidad de tener que pleitear.

El contenido de la patente
Un análisis del contenido de la patente pone de manifiesto lo dudosa que resulta la “patentabilidad” de las técnicas que describe. Se ha dicho, con razón, que la descripción de dichas técnicas es excesivamente general, y que no aporta una verdadera explicación de su funcionamiento. Valga como ejemplo el siguiente párrafo:

“La ventana indica al usuario que pulse la palabra que quiere buscar en el diccionario. Después de seleccionar la palabra una pantalla de diccionario 394 se abre”.

Parece difícil a partir de explicaciones como la anterior saber con detalle cuál es el funcionamiento del sistema y en qué consisten exactamente las técnicas reivindicadas que llevan a cabo la búsqueda y recuperación de información multimedia. Es decir, la información que aporta el texto de la patente no nos permite saber qué procesos técnicos tienen lugar, sino únicamente el resultado de tales procesos, por lo que en realidad no podemos saber qué es exactamente lo que se pretende patentar.

¿Por qué se produce esta sorprendente falta de información? La explicación la encontramos en la decisión de la USPTO, basada en problemas de espacio, de suprimir el requisito de presentar, junto con la solicitud de patente, un modelo de trabajo de la invención que se pretende patentar. De esta forma, sólo es necesario hacer una buena descripción de los objetivos y resultados que se consiguen. Llevado a sus últimas consecuencias, este procedimiento hubiera permitido patentar sin problemas la “Máquina del Tiempo” de H. G. Wells o el imaginario “Memex” que describió Vannevar Bush en 1945, claro antecedente de los actuales sistemas de hipertexto.

La patente, sometida a un nuevo examen
La reacción de la industria, calificada por algunos como “visceral”, no tardó en producir efectos. El pasado mes de diciembre el Comisionado de Patentes Bruce Lehman decidió que se procediera a reexaminar la patente de Compton’s, iniciativa que podemos considerar como excepcional, ya que desde 1981 sólo se han reexaminado 79 patentes en la USPTO. Como resultado de este proceso se podía denegar la totalidad de las reivindicaciones, suprimir algunas de ellas, modificar algunas, o dejar el documento tal y como está, sin ningún tipo de modificación.

Como parte del proceso de revisión, durante el pasado mes de enero de 1994, miembros de la USPTO se dedicaron a discutir junto con representantes de la industria multimedia, en audiencias públicas celebradas en San José, California, y en Arlington, Virginia, los problemas de las invenciones relacionadas con el software.

Por otro lado, se volvió a repasar cuál era el “estado de la técnica” anterior a la concesión de la patente, lo que dio como principal resultado el hallazgo del Complete Hypercard Handbook de Danny Goodman, que no había sido patentado, y que describía un método de búsqueda y recuperación similar al de Compton’s. “La primera vez, debido a un error humano, este texto no fue localizado”, admite Ruth Ford, directora de Media Relations de la USPTO.

La decisión ¿definitiva?
A finales del pasado mes de marzo de 1994, con gran satisfacción para los demás productores y editores de productos multimedia, la USPTO decidió revocar todas y cada una de las 41 reivindicaciones de que consta la patente de Compton’s. No obstante, esta empresa tiene todavía la oportunidad de recurrir el resultado del reexamen de la patente ante el  o ante los tribunales federales.

En cualquier caso, este proceso ha servido para poner de manifiesto importantes deficiencias en el sistema estadounidense de concesión de patentes de software, que permitía la admisión de patentes no técnicas y excesivamente amplias. En este sentido, se está también reexaminando actualmente una patente similar concedida a Optical Data Corporation (ODC) sobre un software multimedia educativo.

Aprovechando la ocasión, Interactive Multimedia Association (IMA) ha propuesto varias medidas para evitar los problemas mencionados:

  • Una mejor preparación de los examinadores de la USPTO dedicados a la revisión de patentes de software,
  • Una mejor base de datos sobre el estado de la técnica en este campo, y
  • La publicación de la solicitud de la patente antes de su concesión procedimiento utilizado en otros países, entre ellos España, lo que permitiría su conocimiento público y la posible oposición de terceros.

Juan Carlos Fernández-Molina, profesor de Documentación de la E. U. de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad de Granada.
Tel.: +34-58-24 39 43; fax: 24 39 45

Esta información se publicó en la revista Information World en Español (IWE), n. 24, mayo de 1994, pp. 11-12.