Scroll Top

Opacs: odios y amores

Resumimos a continuación un debate, interesante –y en parte divertido–, que tuvo lugar en el foro electrónico de discusión IweTel durante el pasado mes de febrero de 1995, sobre un tema que tiene que dar mucho que hablar en los próximos años: el grado de “amigabilidad” que caracteriza a los actuales opacs (catálogos de acceso público online) de las bibliotecas.

Jordi Adell SeguraEl debate surgió de forma “accidental”. Jordi Adell Segura, del Dept. d’Educació de la Universitat Jaume I (UJI) de Castelló, una de las personas más activas en IweTel –y que también es, todo sea dicho, uno de los profesionales españoles más destacados en servicios WWW dentro de Internet–, envió al foro un magnífico mensaje clarificando diversos aspectos sobre el uso de hytelnet.

Después de despedirse, antes de la “firma”, escribió:
“PD: ¡Odio los opacs! (¿Alguien se apunta al club?)”
jordi@edu.uji.es

Ésta fue la chispa que comenzó el fuego.

 

Todos son malos
Josep Manuel Rodríguez GairínInmediatamente se “oyó” la pluma de otro activo contertulio: la de Josep Manuel Rodríguez Gairín, de la biblioteca de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) de Barcelona.
josep‑m@biblio.bib.upc.es

“¡Gracias Jordi! No me atrevía a decirlo pero hace tiempo que quería opinar sobre eso. Tantas peleas que si Dobis, que si VTLS, que si Libertas… Total, unos softwares diseñados vete tú a saber por quién y con qué finalidad. Yo no soy bibliotecario, pero dudo que ninguno haya participado en su diseño.
Cosas tan simples como exportar un grupo de registros a un fichero ascii de mi PC, o hacer búsquedas booleanas de conjuntos medianamente complejas, truncamientos, configurar tu propia impresora…, se convierten en auténticos calvarios.
Con lo fácil que resulta a través de los softwares de bases de datos (Spirs, Dialog Ondisc…). Y en esto no se salva ni ‘el uno’ ni ‘el otro’.
IW significa ‘Intelligent Workstation’ (opac de VTLS) –sin comentarios–, y aquellos que si F13  (mi teclado acaba en la función F12)…
En fin, de todo y para todos los gustos”.

Opacs antediluvianos
Jordi Adell Segura volvió al ataque:

“¿Alguien se ha preguntado en qué se gastan la ‘pasta’ las empresas que fabrican sistemas? ¿En mejorarlos? ¿En ofrecer soporte al cliente? ¿En estudiar un poco de informática? ¿En averiguar qué necesitan los bibliotecarios?

Yo creo que se la gastan en desarrollar estrategias comerciales (que luego se traducen en directrices a sus programadores) orientadas a evitar que sus clientes puedan irse a la competencia. Pero en lugar de mantenerlos por la calidad del producto o de los servicios, los mantienen secuestrados (de ahí la idea de que los opacs no se compran, sino que ‘te casas con ellos’) por el coste que supondría cambiar de sistema.

No quiero excederme en las críticas, sobre todo en aspectos que conozco más bien de oídas. Pero como usuario, la Internet es un mundo de textos, colores, sonido, animación, hasta que llegas al opac. Allí todo es blanco y negro y estúpido. ¿Alguien cree que si pones ‘/qiut’ en lugar de ‘/quit’ hay alguna duda de lo que el usuario quiere hacer? ¿Alguien cree que los diseñadores de estos horrores han perdido un momento pensando en cómo demonios quiero yo, el usuario, que me salgan los registros?

Bueno, ya sabéis de qué hablo. Para qué extenderme más. Si los representantes en España de estos productos leen esta lista, pues ya saben lo que pensamos algunos: ¡que les den un boinazo!”

Un subsistema para cada tipo de usuario
Lluïsa Núñez SalmerónSe añadieron nuevos matices con la intervención de Lluïsa Núñez Salmerón, técnica informática de la biblioteca de la Universitat de Barcelona.
lluisa@gen.bib.ub.es
Foto: CC BY Tomàs Baiget

“Creo que el problema está en no diferenciar las necesidades de los usuarios. Para que una base de datos como el catálogo de una biblioteca aguante la consulta simultánea de cientos de usuarios (muchos de ellos remotos) no queda más remedio que limitar el gasto de CPU, y por tanto las posibilidades de consulta, selección, exportación, etc., de registros, no digamos de configuración del PC o de la impresora.

Una buena solución es tener dos subsistemas: uno para usuarios profesionales (pocos y controlados), con más potencia de recuperación, más comandos, con selección y exportación de sistema, registros a fichero, impresora…; y otro para el público en general (ilimitado), con límites en la recuperación, comandos simplificados, protección del sistema y del PC…”

Desde el lago Léman
Un contertulio intervino desde Suiza, Antonio Avia Aranda, jefe de archivos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones.
antonio.avia‑aranda@itu.ch

“¡Todo llegará, todo llegará…!: interfaces gráficos, múltiples ventanas, generadores de informes para usuarios torpes, conexiones ‘transparentes’ a otros catálogos, interrogación en lenguaje natural y hablado, textos completos sgml y html, un espectáculo de luz y sonido, en color, alta definición y relieve…

Y mientras tanto, repitiendo las dos o tres martingalas que funcionan (fainbrausdispleicuit), y dale que te pego al Ctrl + shift + esc + alt + PF147, por poner un ejemplo fácil, y venga a chapucear con WP + Excel + Word + dBase + Access + Word, todo para obtener una página impresa presentable a partir de lo que nos mandó el opac de la biblioteca de la universidad (ahora no recuerdo cuál, pero era en Dinamarca, palabra), que resultó ser un fichero ascii raído, despeinado y sin acentos”.

Desde Minnesota
Joan Roca Rod

Otro español en el extranjero interviene. Es Joan Roca Rod, director de la biblioteca de la Mankato State University.
macman@msus1.msus.edu
Foto: CC BY Tomàs Baiget

“Hay mucho camino por recorrer. La mayoría de los opacs que tenemos hoy fueron diseñados hace diez, quince, e incluso más (!) años. Pienso que va a ser muy difícil librarnos de los opacs porque, aunque se han convertido en monstruos bastante inflexibles, son los únicos que pueden realizar estas tareas también monstruosas, manipulando millones de registros para miles de usuarios en tiempo real (…). Seguramente los opacs, como los dinosaurios, están condenados a ser enterrados”.

 

WWW ayuda
En un mensaje posterior Joan arrojó nuevas luces sobre el asunto adjuntando un mensaje tomado del foro electrónico web4lib, que enumeraba entradas a catálogos de bibliotecas a través de WWW.

José Tomás Nogales Flores Al final intervino José Tomás Nogales Flores (en la foto), del Depto. de Biblioteconomía y Documentación de la Univ. Carlos III de Madrid, otro activo participante en IweTel.
nogales@bib.uc3m.es

“Como ilustración de la situación de este tema en España (aunque no se trate exactamente de un opac), Fundesco permite la consulta de sus bases de datos gestionadas con BRS a través de formularios de WWW. Por si alguien no lo conoce, puede usar el URL:
http://teide.fundesco.es:8888/biblio.html

El resultado de una búsqueda, una lista de items encontrados, es a su vez una página html con sus enlaces a los registros completos”.

 

Conclusiones del debate

Por Jordi Adell Segura

1.                  No nos gusta a nadie cómo funcionan, sobre todo de cara al usuario final.

2.                  Pero… es lo único que tenemos, así que hay que aguantarse.

3.                  Se están empezando a ver cosas nuevas de la mano del WWW.

4.                  No ha aparecido ningún representante de empresas (tal vez  porque no leen esta lista o porque se huelen una avalancha de insultos o porque, pobrecillos/as, también padecen lo mismo que nosotros).

5.                  Una lista de opacs accesibles vía WWW (enviada por Joan Roca) puede dar ideas a los responsables de las bibliotecas que leen esta lista de las cosas que se pueden hacer y lo “resultón” que queda.

(…) En el mapa de recursos Internet en España, no hay ni un solo servidor WWW de una biblioteca (y hay más de 70 servidores ya).

Los opacs son lo que son, pero algo se está moviendo…

 

Esta información se publicó en la revista Information World en Español (IWE), n. 33, abril de 1995, pp. 6-8.