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Envoy: producción y distribución de documentos electrónicos

Lluís Codina   Por Lluís Codina

Envoy, de Word Perfect, es un programa que sirve para crear y para distribuir documentos electrónicos en entornos Windows o Macintosh y que, dada su facilidad de uso, sus prestaciones y su excelente interfase de usuario, parece ser la mejor idea para distribuir información desde que se inventaron las impresoras láser.

De hecho, Envoy pretende competir con el papel como medio de distribución, almacenamiento y lectura de documentos textuales y/o gráficos, y para ello tiene dos partes bien diferenciadas:

  • Funciones de lectura, para lo cual el programa dispone de un conjunto de utillajes y una elegante interfase de usuario.
  • Módulo que genera documentos en formato Envoy y que los encapsula junto con una versión reducida del programa que servirá para leer el documento.

Cualquier aplicación Windows (o Macintosh) puede generar documentos Envoy y, así, un documento preparado para Envoy presenta en el monitor del ordenador casi el mismo aspecto que podría presentar si se imprimiera en papel, es decir, tiene el mismo aspecto en cuanto a formato, tipografía, gráficos, etc., con la única diferencia de la menor definición de la mayoría de los monitores actuales (aproximadamente unos 100 puntos por pulgada) respecto al papel (unos 300 ppp).

Imprimir en el monitor
Envoy, en más de un sentido, utiliza el monitor como soporte de impresión, ya que, respecto al sistema operativo (Windows o Macintosh, repetimos) se comporta como un controlador (driver) de impresora. Un controlador de impresora es un programa residente en memoria que está permanentemente “a la escucha” para atender las peticiones de impresión del sistema operativo, de manera que cuando un usuario quiere imprimir un documento mediante una aplicación (un procesador de textos o un programa de autoedición, por ejemplo), el controlador de impresora acepta los datos originados por esa aplicación y los prepara para que los entienda la impresora que está conectada al sistema.

Al comportarse como un controlador de impresora más, la manera de Envoy de generar documentos es tan sorprendentemente simple que parece el “huevo de Colón” de la información electrónica.

Envoy

Cuando se instala Envoy en un ordenador, el mismo programa se encarga de configurarse como un controlador residente, junto a los otros controladores de impresoras del sistema. De esta manera, el usuario trabaja con sus aplicaciones habituales: procesador de texto, hoja de cálculo, base de datos, etc., pero cuando quiere imprimir un documento, puede elegir entre imprimirlo con su impresora habitual, o imprimirlo mediante el controlador de Envoy. Si elige este segundo paso, el resultado es un fichero ejecutable (con extensión .exe y con el nombre que quiera darle el usuario).

Este fichero contiene una versión del módulo de lectura de Envoy y el documento creado por el usuario, tal como hubiera salido si se hubiera impreso con una impresora gráfica en color. Como es un archivo .exe, se puede enviar a cualquier otro usuario sin necesidad de que el destinatario posea el programa Envoy.

El destinatario, haciendo click con el ratón sobre ese archivo, podrá leer el documento mediante el módulo de Envoy de lectura, secuencialmente o saltando directamente a cualquier página a través de sistemas de navegación bastante simples pero eficientes, así como añadir anotaciones, destacar frases o párrafos, establecer nuevos vínculos hipertextuales entre zonas del documento y también imprimirlo en papel si así lo desea.

Además, una función de búsqueda permite localizar ocurrencias de palabras concretas dentro del texto, aunque el programa no utiliza ningún tipo de índices, sino que explora el documento secuencialmente para encontrar las palabras buscadas.

Otras funciones adicionales permiten ampliar o reducir el documento en pantalla, desplazarlo en las cuatro direcciones, saltar directamente a la primera y a la última página, imprimir en una zona de la pantalla miniaturas (thumbnails) de todas las páginas y saltar a través de ellas a cualquier zona del mismo.

Programa poco exigente
Con todo, uno de los aspectos más agradables del programa es su agilidad y rapidez, contra la tendencia habitual en el mundo Windows, que últimamente genera programas repletos de funciones, pero hambrientos de recursos de CPU y de memoria.

Contra otra de las tendencias habituales, todos los ejecutables del programa son sorprendentemente pequeños. La instalación de Envoy ocupa alrededor de 1 MB en el disco duro. El ejecutable completo (dll incluida) ocupa menos de 0,5 MB, y la versión de lectura que genera Envoy para distribuir documentos ocupa tan sólo unos 300 KB, lo cual significa que en un solo disquete de 1,4 MB, por ejemplo, puede caber un documento de varios cientos de páginas más el ejecutable de lectura. A diferencia de MS-DOS, donde todos ejecutables sólo tienen extensiones .exe o .com, en Windows la dll (dynamic links library) o “biblioteca de enlaces dinámicos” agrupa otras rutinas ejecutables, que pueden ser llamadas por los ficheros .exe.

El programa se beneficiaría mucho de la posibilidad de incluir sistemas de índices y de lenguajes de recuperación que permitieran búsquedas más sofisticadas, particularmente para la distribución de documentos de gran volumen, pero es indudable que con Envoy, la generación y distribución de información por medios electrónicos ha dado ya un paso de gigante.

Lo cierto es que en la cadena de producción y de distribución de información, el papel representa el eslabón más débil. Toda la agilidad de elaboración y distribución de información propias del formato digital, se estrella contra el muro analógico del papel. La confección de la revista IWE que tiene el lector en sus manos consume, probablemente, tantas horas en aspectos relacionados con el traslado de la información digital a soporte papel, como en la redacción de su contenido, y si algún romántico cree que perdemos algo al eliminar el papel, que reflexione sobre qué es lo que él ‘ama’ realmente: el papel o la información que contiene.

Para que la información electrónica tenga un lugar en nuestra cultura, es indudable, por otro lado, que los sistemas de distribución de información digital no deberían tirar por la ventana los logros de 500 años de artes gráficas, tal como parecen intentar algunos pseudo-libros electrónicos. Envoy en ese sentido, corrige esa tendencia y sigue la vía que inició Adobe en su día con su sistema Acrobat.

Pero además, los futuros sistemas electrónicos deberán proporcionar por lo menos la misma definición y ergonomía de lectura que proporciona ahora el papel, muy superior a la del típico monitor actual de ordenador.

Finalmente, y respecto a Acrobat, cabe decir que, aunque no hemos podido examinar todavía el producto, parece evidente que persigue la misma estrategia que Envoy, es decir, la de proporcionar un medio de creación y de distribución de información digital. Muy pronto nos ocuparemos también de este interesante programa del que sí sabemos que su futura versión 3 (que puede haber aparecido cuando el lector tenga este número de IWE en sus manos) incluirá un sistema de gestión documental bastante completo.

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Esta información se publicó en la revista Information World en Español (IWE), n. 30, diciembre de 1994-enero de 1995, pp. 18-20.