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El Plan Nacional de I+D sin I’ + D’

En la Secretaría General del Plan Nacional de Investigación y Desarrollo existió hasta 1991 una Vicesecretaría de Información y Documentación que llevaba a cabo diferentes tareas de información:

  • estudios bibliométricos sobre la producción científica española;
  • bases de datos y repertorios (Quién es Quien en Documentación, Centros de Documentación de España, etc.);
  • colección de curricula de investigadores;
  • y muy importante: se evaluaba y se asignaba el correspondiente dinero a los programas de información y documentación.

Tras la reestructuración de 1991, los trabajos de la Vicesecretaría pasaron provisionalmente a un nuevo Vicesecretario de Coordinación de Programas de I+D, probablemente con demasiadas funciones para poder dedicar la más mínima atención a la Información y la Documentación (I’+D’), según se ve por los resultados. Además, según nuestras noticias, el personal conocedor de las materias de información y documentación se ha ido disolviendo integrado en otros departamentos.

Sólo se admiten bases de datos
En la última convocatoria del Programa Nacional de Información para la Investigación Científica y el Desarrollo Tecnológico, publicado en el BOE nº 247 de 14 octubre 1992, se señalaban como “objetivos científico-técnicos prioritarios” los tres siguientes:

  1. Sistemas de recogida, tratamiento y acceso a la información en archivos, bibliotecas, centros de documentación y museos.
  2. Elaboración, mantenimiento y distribución de bases de datos informatizadas.
  3. Interconexión de centros documentales.

Se excluían, pues, actividades de investigación como terminología, lingüística, indicadores, gestión de la información, políticas de información, enseñanza, etc.

Trámites largos y complicados
IWE ha sabido que cerca del 60% de proyectos de información y documentación presentados son rechazados en la primera fase de selección que realiza la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP). Los que llegan a la Secretaría General acostumbran a ser eliminados en otra proporción similar por no ajustarse a lo especificado en el BOE (¡no es de extrañar con tan pocas opciones!). Finalmente, los que “parecen mejores” continúan el largo recorrido y son mandados al cajón de sastre Promoción General del Conocimiento donde serán juzgados y financiados junto a los proyectos de investigación básica, sobre todo de ciencias sociales.

Es admisible pensar que muchos proyectos no se adaptan a las convocatorias y que otros no tienen la suficiente calidad, puesto que mal que nos pese, todavía no hay demasiados grupos investigadores en nuestro campo.

Pero lo que es lamentable es que se produzcan todos estos complicados trasvases y trámites administrativos que hacen que los proyectos tarden meses en ser evaluados.

Esta información se publicó en la newsletter Information World en Español (IWE), n. 11, febrero de 1993, p. 3.