Por Mercedes Caridad Sebastián
Respuesta a una nota de Antonia Heredia Herrera, directora del Archivo de la Diputación de Sevilla, publicada en la p. 6 del n. 15 de IWE.
Nuestra profesión por fin dispone del Segundo Ciclo universitario. Este importante hecho ha sido recibido con alegría por Fesabid y el colectivo de profesores que integran las diplomaturas de Biblioteconomía y Documentación.
Hay que resaltar que este acontecimiento normaliza y equipara nuestra actividad laboral al resto de las profesiones universitarias en España. Al mismo tiempo, este Segundo Ciclo permite cubrir un vacío en disciplinas como Gestión, Organización, Recursos Humanos, etc., escasamente cubiertas, como es obvio, en los estudios de Primer Ciclo.
Es claro que una mayoría profesional vemos la aparición de la Licenciatura de manera positiva y dispuestos a afrontar el reto que se nos avecina.
Por eso, no puedo dejar de asombrarme cuando leo el artículo de María-Antonia Heredia, en donde se traslucen pesimismo y duda atroz sobre el futuro de estos estudios. Esta prestigiosa archivera se basa en dudar, entre otras cosas, de la profesionalidad, o, mejor dicho, de la ausencia de la misma del profesorado de Biblioteconomía y Documentación.
Por otro lado esta acusación no es nueva y ha hecho “furor” en algunos sectores conservadores de la profesión. Y yo me pregunto: ¿a qué es esto debido? En un ataque de falsa humildad pienso en que soy una inútil, al igual que el resto de mis compañeros docentes. Es decir, una pandilla de aprovechados con escasos conocimientos en documentación.
Por lo tanto nosotros los docentes, nuestra prestigiosa archivera, sí que parecemos hijos de un Dios Menor. Se haga lo que se haga, siempre lo hacemos mal. Como ve, yo le reconozco sus méritos y nunca he juzgado su trabajo diario, ni por consiguiente la gestión día a día de su archivo. Y si lo he hecho de alguna institución, ha sido en plano positivo e intentando aprender de su experiencia.
Nunca, y mis compañeros lo saben, dejo de alabar instituciones como el Cindoc, donde yo he aprendido tanto. Por lo tanto no puedo dejar de sorprenderme cuando usted, repito, al igual que otros compañeros suyos de manera tan “despachada” duda de nuestro trabajo.
Nunca he tenido el honor de tenerla en la Universidad Carlos IIIde Madrid dentro de los estudios de Biblioteconomía y Documentación. Sí tengo el placer de contar con profesionales de la talla profesional y humana de Manuel Carrión Gútiez, porque si usted conoce la Ley de Reforma Universitaria, supongo que sí cuando habla tan claramente de nuestra inutilidad, sabrá que existe la figura del profesorado asociado, en el que tienen cabida los profesionales de prestigio, que son fundamentales en todas las titulaciones, y por ende especialmente en la nuestra, de escaso recorrido en nuestro país.
Concluyo esta pequeña réplica pidiéndole humildemente que colabore positivamente con nosotros en la futura Licenciatura, ya que nosotros nos beneficiaremos de su gran profesionalidad, a la cual estamos totalmente abiertos sin descalificaciones previas de ningún tipo.
Mercedes Caridad-Sebastián. Univ. Carlos III. Diplomatura en Biblioteconomía y Documentación. C/ Madrid, 126. 28093 Getafe (Madrid).
Tel.: +34-1-624 95 00; fax: 624 97 57
Foto: Tomàs Baiget
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Esta información se publicó en la revista Information World en Español (IWE), n. 16, julio-agosto de 1993, p. 6.