Si los hosts bajaran sus precios y adaptaran su servicio a los usuarios inexpertos la información online sería un producto de consumo.
Este es el comentario del vicepresidente ejecutivo de CompuServe, el conocido servicio online de Chicago que proporciona todo un abanico de bases de datos, boletines electrónicos (BBSs), juegos, servicio de compras a distancia, etc. a sus más de 925.000 suscriptores de todo el mundo. Según Barry Berkov, los grandes hosts como Dialog o Data-Star están atrapados en una situación incómoda. Si los ‘Dialogs’ y ‘Datastars’ bajaran sus tarifas, el mercado de las bases de datos en línea aumentaría de forma espectacular, pero se resisten a hacerlo por las pérdidas iniciales que esto supondría.
A los dieciocho meses de su entrada en el mercado europeo, CompuServe ha roto su relación con Data-Star, con quien había planeado implantar un acceso combinado.
Según los comentarios de Berkov, Datastar vio que el nivel de inversión necesario para la unión era más elevado de lo que esperaba; además tampoco se pudo llegar a un acuerdo para bajar los precios al nivel que CompuServe considera adecuado para la comercialización.
Parece que el proyecto todavía no ha sido totalmente desechado, aunque la empresa norteamericana sigue adelante con otro proyecto de unión europea a InterNet, una versión de Easynet de Telebase con más de 1.500 bases de datos.
El vender información electrónica como producto de gran consumo supone dar un soporte de gran calidad al cliente, ya que no suele haber una segunda oportunidad de rectificar si se comete un error y el usuario se estrella con algún obstáculo.
Andrew Gray, director de CompuServe en el Reino Unido opina que en un mercado de gran consumo, si la empresa no es capaz de solucionar un problema concreto con una llamada de teléfono es muy probable que pierda el cliente.
Hay mucha gente que quiere informarse sobre horarios de vuelos o noticias de prensa, pero no toda ha estudiado la carrera de informática; por tanto no van a seguir intentándolo de la misma forma que lo haría un especialista en ordenadores.
Afirma que el éxito de CompuServe se ha debido a la facilidad de utilización y a la variedad de servicios que ofrece. Sus usuarios tan pronto están resolviendo un problema de software, como intercambiando mensajes sobre submarinismo o jardinería, o buscando información sobre una empresa.
Durante el año pasado se ha incluido una serie de servicios ingleses que obviamente ayudan a comercializarlo en el Reino Unido: noticias, datos de empresas, de mercados, deportes, etc., suministrados por empresas como Extel, Mintel, Reuters y Financial Times.
Por ejemplo la UK Company Library contiene información de tipo directorio, financiera y comercial de Dun’s Market Identifiers, ICC British Company Financial Datasheets, Infocheck y Kompass, y en la interrogación es posible utilizar nombres de compañías, códigos de actividad industrial o lugares geográficos.
Un servicio de noticias para ejecutivos da acceso a noticias de prensa de Associated Press, United Press International y Reuters, proporcionando al usuario la posibilidad de crear una “carpeta de recortes de prensa” a la cual se direccionan las noticias según van entrando al sistema. Los usuarios sólo pagan las noticias que visualizan y no existe cargo adicional por downloading (teledescarga). El coste de suscripción a este servicio es de US$ 10 al mes y la hora de conexión cuesta US$ 15.
CompuServe tiene programada la introducción de servicios similares en otros países europeos. Días pasados se presentó la versión alemana y pronto se implantará la francesa.
Se han establecido nodos en Londres y Munich, y próximamente se abrirá otro en Zurich. También ha llegado a acuerdos con redes públicas de transmisión de datos, como PSS Dialplus, Datex-P e Infonet.
CompuServe crece al ritmo del 20% anual, con una facturación de US$ 100 M. Confía que en los próximos doce meses doblará el número de usuarios europeos, que en la actualidad supera ya los 24.000.
Tel.: +44-272-25 51 11
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Esta información se publicó en la revista Information World en Español (IWE), n. 5, junio de 1992, p. 6.