Aunque en la práctica pocas personas lo han experimentado aún, lo cierto es que las previsiones del audiotex (acceso telefónico a informaciones cortas pregrabadas sobre diferentes temas, seleccionadas con el dial siguiendo un menú sencillo o marcando números conocidos previamente, o mediante reconocimiento de voz) son optimistas.
Un estudio reciente del Information Market Observatory (IMO) de la CE, estima el mercado mundial del audiotex en ECU 300 millones (US$ 352 millones), cifra que concuerda con otro estudio de la consultora británica BIS Mackintosh que en 1990 lo consideraba de US$ 280 millones. Para 1993 se espera que alcance US$ 1.114 millones, de los cuales el 85% corresponde al mercado norteamericano. En Europa, los países con mayor implantación de servicios audiotex son Francia y el Reino Unido, los dos con un nivel similar.
En España hay ya algunos servicios funcionando. Uno de ellos, oficialmente aún en fase experimental, es el de Barcelona Informació, el servicio de información telefónica del Ajuntament de Barcelona, que a pesar de contar con más de 100 personas en plantilla no da abasto para atender las más de 8.000 preguntas diarias que los ciudadanos formulan a través del popular teléfono 010. Se confía en que el audiotex empiece pronto a aliviar la carga de trabajo, después de la reestructuración que se llevará a cabo dentro de pocas semanas y la incorporación de unos 70 códigos más con información. Actualmente hay que marcar un número distinto del mencionado 010, el 412 30 40, y a continuación, después de recibir un mensaje de bienvenida y un “bip”, uno cualquiera de los números de tres cifras siguientes (información en castellano):
423 (Fira de Barcelona),
426 (Exposiciones),
445 (Zoo),
447 (Farmacias de guardia),
457 (Comidas a domicilio), etc.
Recomendamos obtener información sobre el propio servicio marcando 412 30 40 y seguidamente el código 444 o dejando un mensaje con los datos personales en el buzón de sugerencias 995.
Información publicada en Information World en Español (IWE), n. 1, febrero de 1992, p. 10.